Resumen
Foucault no admite la existencia de ninguna relación privilegiada entre liberalismo y democracia, aunque considere que esta esté vinculada en sus formas con el mismo liberalismo. Por lo tanto, se puede destacar la profunda diferencia que él, en su Curso de 1979, pone de relieve entre la racionalidad económica de las prácticas gubernamentales liberales y la racionalidad jurídica de los derechos del hombre. Además, de la misma forma se puede interpretar su claro rechazo de la ‘crítica inflacionaria del Estado’, propuesta por el neoliberalismo en el siglo XX. Reconociendo un peligro totalitario no demostrable en cada intervención política sobre el mercado, el neoliberalismo hace sospechar también a la democracia, de hecho la condiciona y la limita mucho. Tales implicaciones del estudio foucaultiano parecen conciliarse con las actuales investigaciones sobre el tema de la postdemocracia. Sin embargo, estas no enfocan la supremacía ético-política del hombre-empresa, destacada por Foucault, y a la cual hoy día responden exigencias de ‘subjetivación otra’ que aún no han sido adecuadamente analizadas.